NO POR IR RÁPIDO SE LLEGA LEJOS

La convocatoria de masas de 1940-1950


Si queremos comprender los movimientos políticos de la primera mitad del siglo XX, es sumamente reduccionista creer que espontáneamente, las sociedades de países tercermundistas, potencias e inclusive aquellos que se mostraban como contrarios al Capitalismo y al Imperialismo, tuvieron la voluntad de intervenir políticamente. Igual de parcial sería creer que de un momento a otro líderes carismáticos se propusieron acercarse a las masas por diversas vías. No significa que lo uno y lo otro sea totalmente falso, sino que ni lo uno ni lo otro era totalmente novedoso, ni explica lo complejo del fenómeno, ya que no da cuenta de contextos ni de procesos históricos, no comprende contradicciones ni condicionamientos.
Las determinaciones del suceso histórico son muchas, pero eso no implica que no podamos jerarquizar o discriminar la influencia de las mismas.
En una lectura materialista histórica no pueden desatenderse las variaciones en la dimensión de la producción de bienes económicos y culturales, y la distribución y consumo de los mismos. Como sabemos, los flujos históricos no son inmediatos, y para entender una época, es necesario prestar atención a ciertos cambios que se venían sucediendo.
La crisis de 1929, conocida como la crisis de Wall Street o crisis de los mercados, se ha dicho, ha sido sobre todo un colapso producido por la especulación financiera y la sobreproducción económica –entre muchas otras variables, como el resultado de la primer guerra mundial, que dejaba un mapa geopolítico incierto, considero que serían las principales y más influyentes para el tema que nos interesa.
Como no podía ser de otra forma, la producción en serie echaba raíces en lo profundo de la estructura social. Los mercados se encontraban desorganizados para captar la oferta existente y uno de los principales organizadores de la demanda pasaría a ser el Estado, mediante la planificación. Ya el Estado Benefactor se proponía ampliar el universo de consumidores, incrementando la capacidad de captación de bienes y servicios por parte de los trabajadores mediante políticas sociales tales como servicios públicos o incremento de los salarios: la mano invisible de los mercados capitalistas se pondría el guante del Estado; la mayor atención pasaría de la oferta a ser compartida con la demanda; los integrantes de las clases trabajadoras se convertirían en ciudadanos y consumidores (si bien muchas veces convocados desde su condición de clase).
Uno de los principios fundamentales de la economía política es advertir que la distribución de los recursos no es natural, sino que se gesta en conflictos y acuerdos políticos. El proceso histórico-social que estamos analizando no contradice dicho principio. La emisión mediática pasaría a construir agentes aptos para el consumo, la publicidad adquiriría dimensiones nunca antes sucedidas, los niveles de escolarización se incrementaban sensiblemente.
No implica que no existan contradicciones, la historia nunca es lineal, pero estas y muchos otras contingencias pasarían a alcanzar gran relevancia de los escenarios económico-políticos. La Industria Cultural, la Cultura de Masas jugaba un papel determinante: los sujetos no sólo consumían bienes materiales que antaño no, también eran receptores activos de productos culturales a los que anteriormente no tenían acceso, o que eran especialmente producidos por y para las masas. Con esto, el consenso entre clases -en términos gramscianos-, se alteraría, la hegemonía pasaba a ser construida de otra manera, no sin conflictos y resistencias. El lugar de los sujetos pertenecientes a ciertas clases antes medianamente discriminadas de la actividad política se iría modificando paulatinamente. No significa que en el pasado no hubiera movimientos provenientes de las clases trabajadoras enraizados con la militancia política, más bien se trata de dar cuenta de una nueva forma de hacer política por parte de las clases dominantes y hegemónicas, que entienden la importancia de ellas mismas acudir simbólicamente a las clases populares, para conseguir consenso.
Tanto esto como las aplicaciones de políticas del Estado Benefactor y del Populismo, deben ser comprendidas en el marco del conflicto mundial entre el bloque capitalista y el soviético. Las clases populares eran vistas como posibles agentes de riesgo para el orden capitalista, convocarlas políticamente, mantener ciertos reclamos apaciguados con beneficencia social que se proclamaba democrática, y recurrir a la distracción mediante la cultura del espectáculo (estrategia que comenzaba a vislumbrarse y se potenciaría ferozmente en años posteriores), serían moneda corriente en aquellos años en la lucha contra el disconformismo que podía resultar en la adhesión de sectores de las clases populares a formaciones de izquierda. Vale mencionar que muchas formaciones de izquierda de América Latina no se presentaban antagónicas al proceso populista y sentían como verdaderos triunfos los beneficios sociales que las clases populares comenzaban a gozar; inclusive compartían con este las formas de interpelar a las masas, más allá de las diferencias inexpugnables entre uno y otros.
Un modo particular de llegar a las multitudes políticamente, sería el uso de emblemas y el enaltecimiento de lo nacional, así como la habilidad discursiva de líderes carismáticos y el intento de hacer que las masas se vieran reconocidas e identificadas en estos.
Entiéndase que al usar el término “masas”, para nada se sugiere uniformidad o indiferenciación, más bien se trata del uso descriptivo que se hace de clases sociales que funcionan en un modo particular de producción caracterizado por la producción en serie. La vinculación con el uso que da la Escuela de Frankfurt parece ser inevitable; la producción de objetos culturales se vería regida por la el rasgo de estandarización de los mismo, volviéndolos mercancías consumibles a gran escala, no sólo por su valor mercantil, sino también por su cualidad de objeto, con las implicancias en la relación con el consumo que ello conlleva. Walter Benjamin mismo aducía que la reproducción técnica de obras de arte, entraba en obvio correlato con el acceso a estas por parte de las masas.
Si bien no vamos a confundir bienestar con capacidad de consumo, no podemos perder de vista ciertas mejoras concretas que vivían los sectores populares en sus condiciones materiales. Tales como acceso a servicios públicos: en materia de salud –mediante la inversión del Estado se fundarían cientos de hospitales públicos en muchos de los países que adoptaban medidas populistas-; como en la educación –no sólo se abrirías gran cantidad de escuelas, también comenzaba a darse que hijos de clase obrera pudiesen cursar carreras en universidades, siendo las primeras generaciones de sus familias con esa posibilidad (siguiendo a Hebdige, la juventud de la clase obrera gozaría de una relativa moratoria social, la cual sus padres no habían vivido en igual forma por la exigencia necesaria de entrar al mundo laboral)-; asimismo en lo que respecta al empleo –se conseguirían ciertos logros para los trabajadores como poder gozar de vacaciones pagas, nuevos puestos de trabajo, disminución de la duración de la jornada laboral, aportes jubilatorios, mejoras salariales y formación de gremios-; y por último con prestaciones de servicios como luz, gas, transporte, etc.
No obstante no debemos idealizar dichas cuestiones, estas, considero, no se dan en el marco de una lucha por barrer con las desigualdades sociales en aras de una sociedad democrática en posibilidades y equitativa en distribución, tanto como en un intento por aquietar reclamos y mantener apaciguado el motor del cambio social que pueda provenir desde los pueblos. Siendo esto dicho, comprendiendo que si bien la verticalidad daría un giro integrador de las masas, mantendría el lugar de la toma de decisiones en el polo en que se encontraba, podemos interpretar en algún punto que se trataba de un proceso de cambio en la función que las distintas clases ocupan en las relaciones que conforman la hegemonía, sin acompañar este con una reversión de los lugares que esas clases ocupan en la estructura de dominación. Es vital para esto observar el papel que desarrollarían las instituciones en esta coyuntura. Quizás sea privilegiado el ejemplo que nos ofrece el campo vinculado a lo educativo para observar un espacio donde confluyen con vigor los intereses de la burguesía estructurando un mundo a imaginar. Allí podría observarse, tomando el concepto de tradición selectiva de Raymond Williams, toda una selección de la historia y los conceptos enseñados a quienes ingresaban a las escuelas y universidades, la cual no era oposicional a la hegemonía de la burguesía. Esto no significa que no hayan ocurrido cambios en la educación formal en este período en que la masificación de la política y demás campos de lo social, en todo caso demuestra cómo estos eran adaptados al proceso de construcción de la hegemonía, cuando no originados directamente desde el bloque dominante. Más allá de que hoy pueda decirse que la consolidación hegemónica mediante el modelo populista resultó en aquella época efectiva, no es apropiado cerrar con eso el tema y concebirlo como una mera forma política burguesa, ya que en este lo popular tendría un lugar relevante, en ocasiones como un actor fuerte, incluso influyente en el rumbo del modelo, generando contradicciones y pugnas en su interior, haciendo de sus lugares habituales (bares y clubes por ejemplo) y las calles, sobre todo, los lugares de discusión política por excelencia de esta época.
Si de conocer la coyuntura económico-política y socio-cultural se trata, es menester prestar cuidadosa atención a lo que ocurriría con la posición de las clases burguesas. Aun cuando muchos de los empresarios miraban con recelo y cautela a los gobiernos populistas, veían el beneficio de encontrar en las clases populares a potenciales consumidores, sobre todo considerando lo sufrido en crisis e inestabilidades económicas de décadas anteriores. Esto se suma a los muchos casos en que el Estado fue interventor directo en el rescate financiero de empresas y entidades, en ocasiones captando la deuda de las mismas, en otras estatizando las compañías. (Aquí el pacto entre clases de ese momento histórico se vuelve notorio.)
De la misma manera es importante en el rol de los Estados, tomar en consideración el período de duración de la Segunda Guerra Mundial y su finalización. Durante el trascurso de la misma, muchos países del tercer mundo adoptarían políticas de sustitución de importaciones, adquiriendo relativo peso las industrias nacionales e impulso el sector agro. Así se fortalecerían mercador internos al tiempo que crecerían las exportaciones para abastecer a los países centrales que abocaban todo su poderío productivo a la guerra. Pero el mapa geopolítico cambiaría con la acelerada recuperación de la economía europea que tomó fuerza a través del Plan Marshall. Medida en parte tomada para combatir un probable avance de la influencia soviética en los sensibles mercados europeos que se encontraban devastados, hecho también que dejaba en claro el lugar de Estados Unidos como primer superpotencia capitalista después de la segunda guerra mundial.

Farmacia de penas


No comprendo el laboratorio de quejas, no hay protestas, son lágrimas que se amoldan a la gravedad, sin peso caen, vacantes de agua, húmedas, no mojan, quejas desactivadas.
¿Puede uno volverse cenizas sin antes arder? ¡Cómo detesto que hayan encontrado la forma-fórmula para llenar con vacío el tiempo!
¿Puede uno apagarse sin haberse encendido? La luz no se irradia constante en los humanos, no hay nada nuevo en ello, las leyes de la física son inútiles en la química de los sentimientos.
¿Puede uno tornarse descreído sin siquiera haber tenido fe? Las drogas del día a día vuelven la sangre espesa, acumulada y cómoda, sin ímpetu de fluir, con miedo a salir.
¿Puede uno cortar un lazo sin que este haya existido? Te miro, Sol que ya nadie observa, padre que no es escuchado: límites que no son atendidos. Matamos a nuestro padre y violamos a nuestra madre. El coito final se produce en gran escala y la tierra estalla. Quizás debamos arrancarnos los ojos como Edipo Rey.

Vi el Sol llover

Empecé por caer
de la red
que me ataba
de las manos y los pies

Cuánto frío hace
en este lugar,
y si me largo
sería tonto no volver a empezar...

y si me largo,
¡mejor no mirar atrás!

no ves la gracia que da,
ver todo al revés
y sin mirar al cielo
por ver el sol llover

la gracia que da,
salir por la puerta de atrás
diciendo que aún
llevo puesto el disfraz

destrocé las ganas por completo
entre una cosa y otra había un paso
y yo lo salté corriendo

no entiendo,
porque se despeja el cielo
después de la tormenta

todo tiene un color,
y esta vez me voy a reir
cuando vea el arcoiris
al amanecer

y si me largo
sería tonto no volver a empezar...

y si me largo
mejor no mirar atrás!

no ves la gracia que da,
ver todo al revés
y sin mirar al cielo
por ver el sol llover

la gracia que da,
salir por la puerta de atrás
diciendo que aún
llevo puesto el disfraz

Dos personas en la trinchera


Estaban allí ambos, mirándose cara a cara sin saber sus nombres, sin siquiera poder comunicarse. Entonces las ideas llegaban a sus cabezas “¿Estará pensando lo mismo que yo? ¿Sentirá igual que yo? ¿Cuáles serán sus opiniones sobre esta locura? ¿Por qué debo odiarlo?” Lastimosamente el miedo nunca se hizo a un lado, el cañón en la mano, el temblor de sus mentones y la gota de transpiración cayendo por su frente. Ninguno de los dos quería hacerlo, pero ¿cómo podían saber qué hacer si sólo se les había enseñado un paso a seguir? ¿Qué tal si al bajar el arma el otro aprovechaba la situación? Pocos segundos interminables para ambos, escuchando su propia respiración, y la del otro, mirándose a los ojos, evitando el fatal sobresalto. Los dos sabían que lo único que estaba en juego era su propio destino, ni el de su país ni el desdén de la batalla. Parecía increíble que sensaciones tan parecidas estén enfrentadas y usen distinta insignia. De repente, desde lo lejos se oyó un estruendo. Siguiendo con las similitudes, ambos al suelo, y de una vez por todas se diferenciaron: sólo uno se levantó.

Dos locos se enojan entre sí y millones perecen sin saber porqué, todo cambia, tierra devastada, chicos huérfanos y los santos se convierten en asesinos bajo la mentira patriótica, por líneas en los mapas o dígitos en las cuentas.
¡Que empiece la cacería!- dice el rey, y se sienta en su despacho a ver el espectáculo: Alfil C6 - Peón D2, no lo hagan pensar demasiado que bastante tiene con el ron en su mano. De todos modos sabemos que no es más que la careta de otros intereses, no es capaz de actuar más que de señor publicitario poniendo cara de bueno.
Al final del show llama a su rival, se dan las gracias cordiales y hasta quizás se convenzan de que el otro tenía razón, claro que para ese entonces ya hay tan pocos corazones latiendo que a nadie le importa. Era cuestión de orgullo disfrazada.

"Coletivo" imaginario


Si nos ponemos a sacar la cuenta, podríamos decir que pasamos una 6ta parte del día arriba de ese vehículo propio de la metrópolis llamado “colectivo”
Erróneamente llamado “colectivo”, por que las actitudes que se toman ahí arriba poco tienen de colectivo.
El diccionario nos arroja una definición lapidaria, tal como “ Grupo o conjunto de personas con intereses comunes”, lo cual es realmente cierto… todos van hacia sus trabajos grises… o a las casas de sus afectos en busca de una palabra que les cambie el tempo de un corazón aturdido.
Pero la gente no siempre tiene un fin noble en el colectivo, como suele suceder en casi todos los aspectos de la sociedad.
Hay gente que se dedica a hacer del viaje una travesía peor que la del hobbit Frodo en la historia de la edad media. Podríamos empezar a hablar de los jóvenes, que se dividen en dos grupos… aunque ambos se dedican básicamente a lo mismo, que es llamar la atención a toda costa.
Hay uno que se encarga de hacerlo mediante el teléfono celular, un aparatito que puede sonar a un volumen que haría que cualquier vecina de Nuñez haga su reclamo para que estos chicos no escuchen mas música ahí, así como hicieron lo mismo con los recitales en el Monumental.
A ellos no les interesa escuchar la música, no se dejen engañar, por que si así fuera, lo harian con auriculares, para tener una ganancia de calidad mejor, claro, eso siempre y cuando lo que quiera ser escuchado no sea la denominada “música popular”, los auriculares no hacen magia.
El otro grupo es el que no necesita de ninguna aplicación tecnológica, sólo les alcanza con su excesivo volumen de voz producido en las cuerdas vocales por el poco contenido de interés que tienen estas palabras.
Gente que es capaz de sentarse a 5 metros de distancia y charlar sobre la formación que va a utilizar Argelia en el mundial o sobre Redrado y su amorío con Luly Pop, casi sin diferencias en el énfasis que estos le ponen a sus relatos… condenándonos a todos a ser participes involuntarios de una charla que es capaz de hacer pensar en ideas apocalípticas hasta al padre Farinello.
Y ahora es justo saltar hacia el otro extremo de la cadena de la vida: la denominada “gente mayor”. Antes de empezar quiero aclarar, que mi explicación es meramente ilustrativa, no va abrochada a ningún tipo de opinión a esta gente que vivió tan largas vidas y seguramente tengan más sabiduría que nosotros.
Llamamos gente mayor al grupo de gente que va desde los 50 y pico en adelante.
Gente que necesita sacar su boleto con el mayor cambio posible; si se pudiera dividir el centavo en una moneda más pequeña, creo que ellos elegirían sacar el típico 1,25, con el que nos toca en estos momentos viajar, con monedas de un escasísimo valor, pero en cantidades abrumantes, lo cual aumenta la posibilidad de que este objeto termine siguiendo la trayectoria impuesta por la gravedad y termine, no sólo en el piso, sino también entre las piernas de alguno que va durmiendo, o debajo de la silla del colectivero, por lo que hay que ser casi un competidor olímpico para poder llegar a ellas.
Y, principalmente, el rasgo que más se destaca entre la “gente mayor”, es la vigorosidad que tienen para hacer respetar las leyes impuestas por la empresa, que indica que hay que cederle el asiento a embarazadas, accidentados, gente discapacitada y, sí… gente mayor.
No importa el estado físico, ni de la persona a sentarse, ni de la persona sentada. Tampoco importa el nivel de cansancio que tienen ambos grupos recién descriptos. El asiento debe ser dado por que la ley lo dice, y por que si no es así, vamos a ser atacados subliminalmente con comentarios por arriba o apretadas de bolso y/o cartera en la cara.

Tac-Tac-Tac-Tac


Una cerveza que rebalsa de espuma tiene sujeta a la palabra Tiempo, toma al ritmo de seis tic por tac, este sustantivo ya casi no sabe dónde está, todos van más rápido que él y casi no hacen trabajar al verbo pensar; sabe bien que esa diapositiva sólo es la radiografía de eso que se llama realidad.
-¡Quieren cagar más alto que el culo señores!- Compran todo con esperanzas de que algún día eso tenga una utilidad, pero el error es que no satisface, sino que crea una necesidad.
Mira el reloj. Entre trago y eructo Tiempo no se plantea que mañana tiene que trabajar, otro día en el que la aguja de las horas le lleva dos vueltas a la de los segundos. Se lamenta a ser reducido a una forma de administrar los encuentros; quiere gritar: -¡Paren!- Pero nadie parece oírlo, lo llevan en sus muñecas.
El reloj se detuvo, sus agujas no quieren moverse; esperando a que vuelvan a andar, la vida continúa. Cronos devora a sus hijos desde siempre, todos sueñan con ser Zeus cometiendo parricidio.
Cree que no es momento para todo eso, sigue en la taberna Escape’s. Quiere ser cómodo (vida de avestruz). Y para tanto son los que están atrás en la cola que lo terminan haciendo apurar...la cerveza no se calienta si en medio de la carrera te frenas a caminar “¡Ah! ¿Viste que valía la pena ver atrás del pastizal?” Allá conviven tres comunas: la de Artesanos Rojos, la de Chanchos Verdes y esa en la que te encontrás; no hay riendas, es puro galopar.

Ciri, el buscapiel


Al fin y al cabo, un buscapiel es un busca, sí… Y busca historias en eso que llamamos “gente”. Y cuando decimos “gente”, ¿por qué a veces preferimos estar afuera?
Decimos “la gente” y salimos del lugar y el tiempo que somos, del lugar y el tiempo al que pertenecemos.
Decimos “la gente” y nos ubicamos en el sitial de un juez superficialmente melifluo, desdibujado, sin tono, que arrasa con su plumero de verdades y limpia las basuritas de ocasión. Y cuando las cosas se complican, va a parar debajo del felpudo.
“La gente”… digo eso y salgo como el 5 que quita la pelota y se la da al que sabe, por que ya está, ya cumplió… por que si se la roban, de contra lo embocan.
Digo “la gente” y me lavo las manos. Actúo como un Pilato más, sólo que me las lavo rápido, así nomás, total, hablamos de “gente”.
Para poder escribir esta aguafuerte, necesito entrar en una piel, una piel es una historia, un amor, un despecho, un desencuentro, una vida, una muerte. En una piel caben mundos, silencios, proyectos, desencuentros, alegrías, fuegos, perfumes, saltos, erotismo, colores, una piel es “gente”. Para encontrar una historia, tengo que hurgar una piel. Para meterme en una piel debo aterrizar en esa masa deforme y alocada que es “la gente”… sí, “la gente”.
La gente que es apenas un número, gente que cuando la tocás, siente un eléctrico ardor, gente que cuando la besás, se enciende, gente que cuando conocés su vida, tiene una piel, un nombre, un amor… “gente”, para muchos la pluralidad o, si prefiere, “pluralidad de personas”, “gente”, para otros un impuesto más.
Y hablo de esos Robin Hood de ojo tapado, que sólo le sacan al ciudadano de a pie, pero le perdonan la vida a los peces gordos que, mal que nos pese, también son “gente”.
“Gente”, eso que algunos creen lejano porque pierden el sentido de lo humano, el sentido de la vida. “Gente”, el mundo que cambia, las historias que quedan.
“Gente”, por la “gente” existen los buscapiel, los contadores de historias, los poetas, los artistas del salto y el hambre, los esclavos de la iluminación.
“Gente”, un voto que seduzco y luego desatiendo.
“Gente”, vos y yo, tanto como eso, no te alejes, quedate cerca.

Gentileza de Maximoon, texto extraído del libro "Ciri, el buscapiel -Crónicas Urbanas" de Sergio Cirigliano.

Estrella de Octubre


Este último 9 de Octubre, se cumplieron 43 años de la muerte de Ernesto Guevara, el Che. La sistemática distracción que caracteriza a quienes portan los megáfonos de la Cultura Hegemónica, olvidó mencionarla entre las efemérides.
Los monumentos y las poesías no son las formas más transparentes de recordarlo, es que en verdad, y a pesar de lo desigual que está la lucha, nunca lo hemos olvidado, este es sólo un producto más de lo que es vivirlo día a día, otro intento por correr las nubes que tapan su estrella:

Estrella de Octubre


Dicen que fue en Octubre aunque yo creo que no fue nunca.
Dicen que vivió y yo no confío que haya muerto.
Dicen que murió y seguro está más vivo que muchos.
Que no dormía, pero escuché de muchos de sus sueños.
Cuentan que de noche pasaba horas en la sierra mirando las estrellas.
Cuentan que las contaba.
Cuentan que bajó una y la llevó consigo.
Comenta una señora que cuando Ernesto murió creyeron que el sueño había terminado,
Que todo se había vuelto imposible.

Comentan los enemigos que Ernesto no tenía miedo cuando lo mataron,
Que había vivido enfrentando a la muerte.
Enfrentando a la vida.

Cuenta un compañero atento, que desde el día siguiente al que Ernesto murió,
Se cuenta una estrella más en el cielo.

Hasta la liquidación siempre (el Che como movimiento de Alta Costura)


Hoy tu cara es pura moda, la barba rebelde no es más que el eslogan para apagar el fuego o el logo de alguna que otra marca coqueta con la que quisiste terminar. Lo que alguna vez fue símbolo de tu dureza y ternura es hoy merchandising de Alta Costura, sencillamente con un fin, un único fin, acabar con la Contracultura.
El significante devoró al significado, y al perro con rabia que todos juntos criamos, hoy le gritamos “¡sit!”.
No asusta el hombre sino la silueta que deja en el aire la figura de él. Dos formas de dominarlos: destruir o apropiar. Primero destruimos, luego apropiamos y regalamos en sobres con colores luminosos... no hay mucho que pensar, si los hongos venenosos fueran el estandarte de la oposición, los arrancarían, cocinarían y pondrían en ensaladas tibias que luego serían regaladas por la calle, todo para proteger el derecho feudal a la propiedad y la riqueza ilimitada. Sencillamente, se ve una vez más que los muertos no escriben y que, tras la fiebre liberal, los vivos cacarean pero no ponen huevos.
-Dejalos correr, son paralíticos a toda velocidad; los lugares adonde puedan ir ya son todos parques nacionales- dice con mucho de certeza la intelligentsia burocrática. Se creó y convencionalizó un modelo de libertad que se parece mucho a salir de compras y hacer zapping.
Mientras tanto millones de eruditos del maquillaje ven en esas vitrinas tu tumba, sin ser conscientes que solo son marionetas que hacen girar los engranajes de un aparato del que no pueden escapar. Este monstruo no funciona con aceite ni combustible, solo con sus bolsillos.
Es que bajar una estrella y ubicarla en la frente, el pecho o el culo es hoy demasiado fácil, Alberto Korda se revuelca en los rincones oscuros de las vidrieras luminosas, que no son más que el cuadro de la materialidad, un cuadro que embolsa en su marco lo imposible que será sublevarse a lo superficial, pero la felicidad que no cuesta conseguir tiene sustentos flojos, andamios débiles, es inmediatista y se quiebra fácilmente... la máquina está sobre calentada, pero sigue funcionando, sus seguros y garantías prometen larga vida útil.

Círculos que no cierran


Los círculos no se cierran por sí solos, sospecho que bien lo captaron los físicos matemáticos cuando formularon el número л, entendiéndolo, por supuesto, en la dimensión que se correspondía con su materia.
Este misterioso número apareció quizás como una de las ecuaciones más repetidas en la física, hasta tratarse, prácticamente, de una coincidencia histórica. Curiosamente, la cifra 3,14159265358979(…) simbolizada en la letra griega, se hacía presente cada vez que los antiguos estudiosos de las exactas intentaban conocer la medida de un círculo, con lo que, aún hoy, cada vez que dibujamos un círculo estamos utilizándolo. Sin embargo, los matemáticos, lingüistas de la física, nos dicen que se trata de un número infinito, lo que podría hacernos concluir que si bien a simple vista un círculo parece encerrar algo dentro de una línea que junta sus puntas, en verdad, siempre hay una diminuta fuga, algo que escapa. Esto último sería abstracto por demás pensarlo para la geometría, donde evidentemente el dibujo se halla cerrado; lo que aquí adquiere importancia es el planteo de si es posible explicar todo a través de lo concreto, lo que se considera evidente, sin dudas conocido.
No es poco decir que este infinito no es uno de los que se aleja y que, por lo tanto, debemos “ir a buscar afuera” -tal el caso de la sucesión de números enteros. Por el contrario, es un infinito que se mete y debemos buscar dentro, introspectivamente, cada vez más adentro y siempre un poco más, si es que queremos cerrar un círculo.
Bien sabemos que los matemáticos separan en números racionales e irracionales. Por su cualidad de infinito es que al número л se lo denomina número irracional: escapa a la razón. Algo nos estaría sugiriendo que para completar una circunferencia, se necesita de un elemento irracional. ¿Acaso es ese elemento el que debemos ir a buscar adentro?
Los círculos no se cierran por sí solos -repito-, pareciera que los círculos de la vida sólo pueden cerrarse con ese componente que cada humano debe ponerle a los suyos.
La letra л que han elegido para designar el cociente entre la longitud de la circunferencia y la longitud de su diámetro, encuentra su origen siendo la inicial de la palabra griega “periferia”, lo cual no por casualidad nos está indicando que algo habrá por fuera y, ergo, algo habrá por dentro.
Es difícil conocer dónde quedan los círculos que no se cierran y dónde se pierde el componente irracional que los cerraría. Puede suponerse, que tal como los pulmones cuando van albergando residuo de oxígeno que no se expulsa y dejando menos capacidad para incorporar nuevo aire, resulta en nuestra agitación, cansancio y menor claridad para ver.

El monstruo seguía violándola


El monstruo seguía violándola. En una habitación fría de vidrios empañados por alientos crudos, el monstruo la violaba, y lloraba, y seguía violándola.
Se oía la risa de la víctima, una leve carcajada de niña que por su agudeza no debía superar la pubertad. Risita, dulce, risita provocadora de las que no cesan cuando se les da lo que provocan, porque lo aman: ser víctima de un idiota victimario.
Ya no había vuelta atrás, el monstruo la violaba, brusco como su pasado, arrepentido no de su acto sino de todo. Al contrario, el ángel ya saboreaba declaraciones acusadoras; no deseaba escapar, incitaba abusos.
El monstruo lloraba, se detenía, miraba derredor, tal vez pensaba, sacudía la cabeza y, llorando, seguía violándola.
Del otro lado de la cerradura los nenes curioseaban, disfrutaban con repugnante asombro y asqueroso apetito, tanto la picardía de mirar algo que guardaría, como lo que veían. La violada sabía que estaban allí, dirigía de tanto en tanto su celestial mirada por la hendija, mordía su labio inferior con una sonrisita, y reía de dolor.
El llamado a los paparazzis por parte de la Ley ya había resultado en cita tras la espera de estos en el sitio, tras esperar que se enchufaran los equipos y calentaran las máquinas. Era un error enmendable. Ya era la instancia de entrar, derribar la puerta, de la verdadera penetración.
¡Una primicia de sensación! Había con qué mantener el morbo de la audiencia conforme por unas semanas.
Los creadores del monstruo: desentendidos e indignados. El monstruo, huérfano de sí mismo, violado, violaba.

Respiro Hondo y así está Bien






Ese misterio, que hoy me molesta y mañana me motiva. Todo lo que pienso es frágil, el cristal está a punto de caer sobre el suelo de la cordura y en un instante voy a decir "sólo fueron locuras mías". Lo que vi, lo que olvidé, lo que no puedo ignorar. Me define esta seguidilla de acontecimientos precisos, apuntaron al blanco exacto en el tiempo. No quiero olvidarlos pero recordarlos sería la anormalidad, aquello que te hace infeliz en un mundo de almas lineales. ¡Cuántos contrastes vivimos! La soledad y un amigo después, la inmensidad y luego el vacío. ¿El bien y el mal son construcciones? ¿O son una base natural sobre la que construimos cualquier cosa? ¿DEBERÍA hacer algo?.
Pienso que quiero creer algunas cosas y pienso que querer creerlas es la única flecha que tengo hacia esa puerta al final de la incógnita. ¿Cuántas locuras que deberían ser, vivimos?. Soy normal o me vuelvo loco. Listo, me vuelvo loco. ¿Ahora a dónde voy amigo? Te estoy pidiendo a gritos insanamente felices que me digas que no soy Dios, me haría tan grande que rozaría con mi cabello el techo de la nada... y ese es el terror final. Ahora digo una cosa: ¿y si ese cero del cero es el inmenso poder de lo absoluto? Me tranquiliza. Ya comprendí eso de la fe hace tiempo... hay que hacer sin preguntar "¿por qué?", es un indicador extraño, un artefacto muy complejo para la mente humana, es una brújula con ocho mil nortes. Yo tengo la fe. ¿Cómo habría yo, pequeña persona, de conocer un camino de tres dimensiones y nueve millones de tiempos?
Aprendí a separar en niveles: "Está mal lo que hice", pero yendo al siguiente "debía hacerlo" y subiendo al otro "es parte", este básico e infértil método de normalidad me deja echar raíces desmotivadas en la tierra de mi gente voluntariamente deshidratada.
Apuesto a que antes de nacer, la existencia nos regala unos minutos de conciencia y nos da a elegir si queremos nacer con tal final marcado y por algún u otro motivo, o permanecer vagando en los silenciosos átomos de vacío. Ahora yo volvería a ese minuto y trataría de preguntarme, de algún modo, por qué dije "nacer" como si fuese la mejor opción. Y apenas apareció mi primer célula, esta misma gritó de infinitas emociones, tan así era su eternidad interior que no podía soportar ser una sola y nada más, y la pobre transmitió su incomodidad a todas sus hijas. ¡Gloriosa de ella que podía partirse en dos!
Al fin y al cabo, tomo todo eso en una pequeña caja que no ocupa espacio, para recordar cada tanto. Pero respiro hondo, pongo los pies sobre el suelo y empiezo a correr el mundo hacia atrás creyendo que soy yo el que va para adelante. Y así está bien.

Un lugar donde ver


Allí pude ver y sentir cosas que nunca podría haber pensado en palabras.
Tantos que creía eran puntos finales, eran el primero de otros puntos suspensivos.
Vi la luz que saltaba cuando aparecen los grandes tesoros, los que alumbran al hombre y a la mujer, dejando de manifiesto sus miserias o sus virtudes. Noté en ese extraño lugar que un pájaro no puede estar peleado con el viento porque a veces le sople en contra, si tantas otras lo condujo tan lejos.
Cuanto percibí allí no lo había imaginado jamás.
La inquietud apareció y me pregunté si no serían rosas falsas, flores sin olor. Un ramo puede ser hermoso pero sigue siendo un cadáver, el resultado de un asesinato, un féretro que es adorno. Dejé las galanterías de lado, las cortesías se apartaron, las finuras y delicadezas ya no eran las aprendidas, los paralelos se presentaron en bruto: una mascota es un esclavo; a quien idolatro traiciono utilizando como jabón de actitudes; me encadeno a lo que me libera.
Es pesado lo que no es. Cuanto más vacía, la jarra más llena a la copa con qué emborracharse. Me ilusioné demasiado con tan poco, me desilusionaste tanto con la misma cantidad. Lo sé, la culpa es mía, si nunca me diste nada cierto.

Crítica al uso del témino "negro"


Pareciera totalmente innecesario aludir al color de piel de un individuo cuando se quiere hablar sobre su personalidad o costumbres y, sin embargo, es llamativo la frecuencia con que uno se topa con ello en la cotideaneidad. Esto último invita a reflexionar si no se trata de alguna estructura de creencias que está operando en algún nivel de funcionamiento más o menos inconsciente de aquello que comúnmente se identifica como sentido común.
De entrada esto ya presenta problemas debido a que todo eso denominado como "sentido común" no trata bajo ningún pretexto de algo inherente a las personas y homogéneo, por engañoso que sea el concepto, sino más bien de una construcción a partir de verosímiles. Lo cierto es que dicha alusión al color de piel existe, aún cuando los grupos de colores de piel que se conocen son muy pocos y, en contraposición, las costumbres que se han identificado e identifican en el mundo son muchísimas y muy variadas, con lo cual sería nada ventajoso conectar de un modo directo una cosa con otra. Y esto permite arriesgar que tal vinculación está dada mucho más por un alto grado de prejuicio del hablante que por una verdadera relación.
Es sumamente común escuchar el rótulo “negro de mierda”. ¿Podemos echar luz sobre las causas y consecuencias de dicha enunciación? No interesa hacer aquí un análisis exhaustivo acerca de la genética, del evolucionismo o darwinismo social ni de la historia de la esclavitud, pero sí dar una breve argumentación respecto de tal frase utilizada con frecuencia para menospreciar al que es considerado “diferente”.
Con dicha expresión no sólo se está diciendo que una persona es inferior sencillamente por el color de la piel igualando este al excremento, sino que además se está olvidando (o demostrando que quien la pronuncia nunca supo) sobre los millones de nativos de lo que hoy se conoce como África y América que fueron secuestrados, arrancados de sus tribus o civilizaciones y comercializados o asesinados mediante la esclavización, puestos a trabajar en minas, campos o donde sea, que fueron, además, quienes impulsaron con su propio sacrificio la desigualdad que los pondría a ellos mismos, en forma perpetua, en la situación de siervos y pobres, enriqueciendo al mismo tiempo y como nunca antes a Europa, sus coronas y pocos amos esclavizadores dueños de empresas con el derecho a compra y venta de gente.
En la utilización peyorativa del término “negro”, se está aludiendo como si el color negro conllevara algo negativo en sí mismo. Dado que existe efectivamente gente negra, lo que se complementa es deducir que esa gente es un ser negativo para el ser humano. Pero ¿acaso ser de piel negra es ser una persona de peores condiciones? Durante siglos eso se pensó e inclusive afirmó desde el discurso religioso primero, científico después; que el negro e indígena, si era humano, era de capacidades inferiores al blanco, que no es que tuviera otras costumbres, sino que por no tener las costumbres occidentales era menos evolucionado, con un cerebro incapaz de comprender y un cuerpo mejor preparado para el trabajo duro, que tenía dificultades para desarrollar la vida social y acatar reglas y que, por todo ello, quizás por decisión divina, había sido creado para servir al blanco. Es una creencia de hace siglos que hace tiempo se ha demostrado que aparte de ser falsa, es sumamente perversa y no hace más que demostrar la ignorancia de quien la postula. Por ello quien aun hoy expresa directa o indirectamente que el color negro -sea en la piel, cabello, ojos, etc.- es condición negativa o de inferioridad, al hacerlo, el único atraso y la única ignorancia que está demostrando son los suyos, sosteniendo una falsa creencia refutada varios siglos atrás.
La respuesta/excusa más común es que se expresa así porque a quien se refiere la frase es “negro de alma”. Pues bien, en cualquier reproducción del negro como color vinculado a lo malo se está sistemáticamente renovando una tradición discriminadora y agresiva para con todo lo que tenga ese color. En efecto no hay certeza de que exista algo que pueda denominarse "alma", mucho menos que esta tenga color; se trata de un concepto originado en discursos religiosos, cosa que demuestra cómo términos de distintas doctrinas de pensamiento son retomados y constantemente resignificados en su uso diario, inclusive para ser utilizados en disciplinas y contextos que nada tienen que ver con el original.
No es que no pueda existir alguien cuyos comportamientos y pensamientos nos resulten tan repulsivos y malvados que no podamos sentirnos tentados a utilizar un insulto que indique nuestro desagrado, es sólo que A) aludir a su condición física parece no tener nada que ver con ello; B) si se quiere dar información sobre ella debería hacerse tanto con el color de piel negro como con el blanco, tostado, amarillo o mestizo, o su altura, flacura o gordura, pelo rizado, lacio, largo, corto y, C) siendo que siempre se recurre al negro –aun cuando la persona ni siquiera es de tez oscura-, lo que es obvio es que no se busca describir a la persona, sino que solo se repite sin pensar un insulto que está para nada ingenuamente convencionalizado e instalado en el uso común.
Si África hubiese esclavizado a los demás continentes, el comentario seguramente sería “blanco de mierda”. Por supuesto quisiéramos que en nuestro mundo y turbulenta historia humana no se hubiesen sucedido actos de tremenda injusticia, que ojalá ningún pueblo hubiese exterminado a otros. Pero lamentablemente sucedió y, de un modo alterado, la hegemonía se mantiene, así es que si no estamos a favor ni contentos con esas tristes historias de nuestra raza, deberíamos cuanto menos hacer lo posible para que se erradique todo lo que disminuya al otro simplemente por sus orígenes o rasgos físicos, todo lo que no acepte la diversidad y todo lo que sea heredado de aquellas horribles matanzas, dominaciones y esclavitudes.

Todo...Nada...Algo



Entre todo y cada cosa hay algo. Así nunca habrá “Nada”, no existirá la nada, de hecho, si algo lo dice algo hay. Pero ¿qué estuvo primero, la nada o el algo?
Una unión entre dos objetos siempre estará de relleno, habrá una cosa más entre medio y de este modo llegaremos a pensar que todo es una gran única materia inseparable. Entonces dirán que solo sirve el 1 y no existen el 2, el 3 o el 4 y, sin todos ellos, no hace falta que haya un 1 para distinguirlos. Cuando se anule el número 1 y se haga costumbre el Todo unificado nos olvidaremos de nosotros mismo y cada uno de nosotros, de esa forma existirá la Nada. Por lo tanto no habrá espacio ni tiempo. ¿Qué es el “no tiempo”? ¿Acaso el nunca o la atemporalidad? No. ¿El jamás? ¿Con respecto a qué si el ahora no existe? ¿Holismo en estado puro?
Entonces dulces objetos particulares de la gran masa, sepan admitir su inexistencia en la Nada, no en la de ausencia de las cosas o vacío, sino en la del todo lo hay.

Grambis y The Big Channel por el control de la humanidad









Cada vez más cantidad de investigadores llegan a resultados que demuestran que tanto el canal infantil como el jabón en polvo, que florecieron en los 90 en la Argentina, tenían fines de conquista: "No tenemos muchas certezas, pero hemos despejado dudas tales como si se trataban de instituciones que respondieran a Pinky y Cerebro, si eran pantallas del imperialismo neoliberal de la época y si Mirtha Legrand tenía que ver en el asunto; respecto a las primeras dos cuestiones la respuesta es negativa, sobre la tercera reservamos ciertas inseguridades"- afirma el director de la COMCE.
Aun está tratando de averiguarse si es real el video que ha estado circulando en internet, el cual muestra a un niño devorando a su madre después de haber estado expuesto a 15 horas de programación de The Big Channel, todo esto sucediendo con un paquete de Grambi al fondo de la escena. Hay quienes relacionan este suceso con el hecho de que en el canal solía congelarse la imagen, y siempre ocurría al momento en que terminaba la publicidad sobre el canal, momento en que se mostraba al puntito de la "I" guiñando un ojo al niño expuesto a la pantalla. "Posiblemente si uno hubiese subido el volumen al máximo en ese instante, se habría escuchado un leve susurro que diría: devora a tu creadora" agrega el director del prestigioso instituto antes nombrado.
HdeHormiga seguirá informando.

AMALIA [opiniones de color rosa]


COPIÁ TODO LO QUE YO DIGA, ¿SI NENE?

Bueno, Hola. Yo no sé bien como se usa esto de la Internet, pero ayer a la tarde quedé indignada con las opiniones que la gente daba refiriéndose a una cosa que dijo Mauricio (Macri) en un videíto que mi nieto estaba mirando en la pantalla. Por empezar yo no creo nada en los políticos, ¡pero dijo una gran verdad! : “La Argentina es un colador; cualquiera del Paraguay, de Bolivia, de Perú entra como cualquiera por su casa <<puck>> (sic) y se instala en algún lugar de la Argentina, preferentemente Conurbano y las villas de la capital”. http://www.youtube.com/watch?v=eYwOO6k5-q0

Antes que me digan algo señores, déjenme decirles algo: TIE-NE RA-ZÓN. Está bien, seguro que no hay que discriminar, pero a seguro se lo llevaron preso, y no me digan que a veces ven cada carita por la calle que te dan ganas de cruzarte de vereda, esa cosa de la gorrita y los pantaloncitos arremangados no me digan que viene de acá porque, yo te lo digo porque soy una señora de bien, en mis tiempos no estaba esta gente.

¡Son todos vagos que vienen a robarle plata al país, como los chinos! Excepto por Mabel, la señora que vende fruta en la esquina de mi casa. Ella es boliviana, te cuento, pero ella sí es decente porque trabaja. Ayyy, y el marido es de buen mozooo, A Mí ME MIRA DE ARRIBA ABAJO CUANDO VOY A LA VERDULERÍA , PERO YO SOY UNA SEÑORA DECENTE... NO, ESO MEJOR NO LO PONGAS NENE, BORRALO.

¡Pero tengo algo para decirle a Mauricio (Macri) también, que nadie lo reconoce! La Argentina también le abre las puertas a gente de en serio, los americanos, a los españoles, a los italianos, a los ingleses. Esa gente es la que tiene que venir a la Argentina, porque GENERAN TRABAJO, tienen MUCHA CUL-TU-RA, que le hace falta a la gente de los barrios pobres. Mirá, mi sobrina nieta trabaja en una de esas empresas donde atienden el teléfono y los dueños son españoles. Gracias a ellos tiene el pan de cada día para comer, no cobra muchísimo, pero Dios y la Virgen Santísima bendiga a estos generosos españoles que le dan trabajo. Yo le digo: "Nena… no te quejes de lo que tenés porque podrías tener menos, cuidá tu trabajo, aunque no te paguen mucho, y vos si tenés que agachar la cabeza cuando te retan, HACELO, nadie va a trabajar por vos y cuando te despidan… vamos a ver si los buenos de tus compañeritos dicen algo”.

Bueno, vistes, necesitaba desahogarme con esto de Mauricio (Macri); convengamos que es un político, y roba. Pero menos mal que ya tiene mucha plata así roba menos. ¡BASTA DE VAGOS EN LA ARGENTINA! Bueno, me voy porque ya empieza El Marce, y a mi no me gusta su programa porque pasan porquería pero como no hay otra cosa… pongo eso, vistes? ¡Y abríguense que hace frío!