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Hoy tu cara es pura moda, la barba rebelde no es más que el eslogan para apagar el fuego o el logo de alguna que otra marca coqueta con la que quisiste terminar. Lo que alguna vez fue símbolo de tu dureza y ternura es hoy merchandising de Alta Costura, sencillamente con un fin, un único fin, acabar con la Contracultura.
El significante devoró al significado, y al perro con rabia que todos juntos criamos, hoy le gritamos “¡sit!”.
No asusta el hombre sino la silueta que deja en el aire la figura de él. Dos formas de dominarlos: destruir o apropiar. Primero destruimos, luego apropiamos y regalamos en sobres con colores luminosos... no hay mucho que pensar, si los hongos venenosos fueran el estandarte de la oposición, los arrancarían, cocinarían y pondrían en ensaladas tibias que luego serían regaladas por la calle, todo para proteger el derecho feudal a la propiedad y la riqueza ilimitada. Sencillamente, se ve una vez más que los muertos no escriben y que, tras la fiebre liberal, los vivos cacarean pero no ponen huevos.
-Dejalos correr, son paralíticos a toda velocidad; los lugares adonde puedan ir ya son todos parques nacionales- dice con mucho de certeza la intelligentsia burocrática. Se creó y convencionalizó un modelo de libertad que se parece mucho a salir de compras y hacer zapping.
Mientras tanto millones de eruditos del maquillaje ven en esas vitrinas tu tumba, sin ser conscientes que solo son marionetas que hacen girar los engranajes de un aparato del que no pueden escapar. Este monstruo no funciona con aceite ni combustible, solo con sus bolsillos.
Es que bajar una estrella y ubicarla en la frente, el pecho o el culo es hoy demasiado fácil, Alberto Korda se revuelca en los rincones oscuros de las vidrieras luminosas, que no son más que el cuadro de la materialidad, un cuadro que embolsa en su marco lo imposible que será sublevarse a lo superficial, pero la felicidad que no cuesta conseguir tiene sustentos flojos, andamios débiles, es inmediatista y se quiebra fácilmente... la máquina está sobre calentada, pero sigue funcionando, sus seguros y garantías prometen larga vida útil.
Autor: Mauricio Castro
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