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No comprendo el laboratorio de quejas, no hay protestas, son lágrimas que se amoldan a la gravedad, sin peso caen, vacantes de agua, húmedas, no mojan, quejas desactivadas.
¿Puede uno volverse cenizas sin antes arder? ¡Cómo detesto que hayan encontrado la forma-fórmula para llenar con vacío el tiempo!
¿Puede uno apagarse sin haberse encendido? La luz no se irradia constante en los humanos, no hay nada nuevo en ello, las leyes de la física son inútiles en la química de los sentimientos.
¿Puede uno tornarse descreído sin siquiera haber tenido fe? Las drogas del día a día vuelven la sangre espesa, acumulada y cómoda, sin ímpetu de fluir, con miedo a salir.
¿Puede uno cortar un lazo sin que este haya existido? Te miro, Sol que ya nadie observa, padre que no es escuchado: límites que no son atendidos. Matamos a nuestro padre y violamos a nuestra madre. El coito final se produce en gran escala y la tierra estalla. Quizás debamos arrancarnos los ojos como Edipo Rey.
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