NO POR IR RÁPIDO SE LLEGA LEJOS

Principios de Civilización

Está todo bien, todo bien;
Está bien, en serio, no pasa nada.
Acá no pasó nada.
Pero si es una pavada.
Sí, sí, bien.

Sonrían para la foto.
No, no, está bien, si es un chico sano.
Por acá todo igual…
"¿Vos, bien?" (3…2…1)
"Me alegro” (no me alegro un carajo).

Miren que hoy vienen invitados;
Por favor, delante de la gente no;
No me hagas una escena en la calle.

Todo bien, en serio,
Está todo bien.
Todo anda bien.
¿Cambiás esa cara por favor?
No me hagas pasar vergüenza.
Todo está bien.
¿Todo bien?

Yo elijo que me cremen (poesía de Romanticismo contemporáneo)


Un crédito de comodidad.

Ahorrando toda una vida para pagarse un ataúd confortable.

Se paga en cuotas de ocho horas diarias.

No es negocio.

Todo para que algunos beban buen vino.

Y cada tanto nos dejen probarlo;

esa ilusión para que no nos quejemos tanto.

-Quien vea esta perspectiva es inadaptado-

Yo elijo que me cremen.

Las cosas se cargan de valores innecesarios. Hay inyecciones de baba. Las ciudades buscan convertir al humano en sujeto de consumo con un bombardeo de publicidad. Todo se vuelve mercancía. Todo es exprimible.

Shopping de personalidad(es) –falsa identidad.

El hombre en tanto tal, no es eso.

El hombre es creatividad.

El hombre es imaginación, es inventiva.

El hombre nació libre.

Cazó y recolectó.

El hombre vivió más tiempo unido a la naturaleza que distanciado de ella agrediéndola.

Es anti-natura la monotonía y la rutina esclavizante.

Existe la fuga, el escape y la conciencia de libertad, pero es visto como lo extraño, como el “bicho raro”. (Negociación de una hegemonía, hegemonía de una tradición)

Es llamativo que para encontrarnos tengamos que irnos lejos. ¿De qué huimos? ¿Adónde?

Lo que viviendo con la tierra y la naturaleza nos parecería extraño, ahora se considera “normal”. La tierra y la naturaleza son la excepción.

El hombre tiene la capacidad de crear, y es una capacidad que no nació con el mercado. La estructura asfixiante va contra sí, instala la angustia.

Cada batalla debería librarse en el lugar que le corresponde.

Y terminar donde cada ideal desea morir.

Yo elijo que me cremen.

Lo que admití parir en mi píel


Me voy a desnudar,

Desnudar de ropa, desnudar de piel,

Desnudar de preámbulos, desnudar de imaginarios.

Si pudiera desvestirme de falsos deseos

Y blandir mi miembro simbólico en la cara que los origina.

Sé que un poeta lindo,

Mercachifle de lo estético,

Dijo que huir no conduce a la libertad,

Pero estando en un calabozo, su simetría artística es difícil de comprender.

Por eso hay que pensar claro,

Localizar el problema y atacarlo en su centro,

Aunque huir de él parezca mucho más fácil…

Ver dónde más duele y apuntar ahí.

Estos barrotes de horarios,

De consumo, de títulos, de obligaciones impuestas imperceptiblemente.

Ese carcelero de consenso,

Que convida puchos de complacencia.

El arrebato estilístico se comercializó:

Las vanguardias colgadas en los museos,

Las subculturas juveniles se venden de a peso,

Los héroes libertarios conducen programas de televisión.

Yo me desvisto,

No en el medio de la calle por causar asco,

Sino en un lugar desnudo de estructuras…

Volver a intentar en los paisajes de lo nunca fecundado

Esperando encontrar lo que fue nacido en mí,

Lo que admití parir en mi piel,

Para así descartarlo,

Y aprender a plantar lo que realmente es necesario.

El manifiesto de la H

¿Cuántas hormigas hacen falta para derrocar a los gigantes que todo aplastan? No lo sabemos.

Gobiernos y monopolios mediáticos y financieros filtran y filtraron, buscan y buscaron imponer −mediante prácticas económicas importadas- rutinas, ideas y valores estéticos que nada tenían y tienen que ver con las prácticas y creencias de los pueblos.

Tras un complejo proceso de adaptación, los pueblos pasaron a tomar parte de esas rutinas, ideas y valores, a adaptarse a ellos o a tomarlos como propios, hasta el punto de reclamar por ellos o concebirlos como naturales, universales e inmodificables.

Debe admitirse que en buena medida se han impuesto y son los dominantes, aún cuando quienes los llevan a cabo ni siquiera son conscientes de que lo hacen, pero la resistencia es igualmente fuerte, y aún existen muchas fuerzas que los cuestionan y oponen.

H de Hormiga aboga por esas minorías que se revelan y organizan contra aquellos valores del mercantilismo del mundo globalizado, el individualismo, consumismo, las comunicaciones mediáticas huecas que buscan la distracción o el miedo, y muchas otras prácticas y formas de ver el mundo que intentan instalarse, siendo que son las más convenientes para que los sectores hegemónicos continúen detentando ese lugar privilegiado en las relaciones sociales de poder.

Es cierto, en ocasiones pareciera que muchos de esos grupos que ocupan lugares marginales -sea por condicionantes de clase social, origen étnico, elección sexual, género, etc.- son mudos, o que sus gritos son sólo voces afónicas, meras letras "H"; mas las acciones no son banas, y hay logros y derechos obtenidos, formaciones y resurgires de viejos oprimidos, que así lo demuestran.

Desde este humilde y subterráneo lugar (si es que algo en internet puede serlo), esperamos ser una mano más para sostener ese megáfono que sirva para dar voz a quienes tantas veces se dijo que no la tenían.

¿Cuántas hormigas hacen falta para derrocar a los gigantes que todo aplastan? No lo sabemos, pero esperamos que quien acaba de leer estas líneas, sea una.