un paisaje verde
césped húmedo y sol templado
una cascada que adormece con el manso flujo de su agua
el viento que trae el rocío para volverlo caricias en el rostro
la brisa hace melodías con las copas de los árboles
el cuerpo es un elemento fundido al paisaje
y entonces la tijera en el ombligo
la risa del depresivo y el llanto del psicópata
la culpa del recién nacido por la escalera de nuestras espaldas
sé que mi amor está fuera de estado
mis latidos perdieron el ritmo
un orgasmo-terremoto cada tanto sacude el mobiliario de mi cabeza
se desempolvan las muñecas rusas que miraban desde los rincones
ya no ando sacudiendo la cabeza y rebotando con ideas de aquí para allá:
advienen gotas de transpiración teledirigidas por un arquitecto de jardín
cada tanto una risa desencajada y desatada
a veces un mate y un bizcochito en una plaza
un abrazo y un llanto compartido
la escapada al campo
mirar a las estrellas
el infinito del universo
perderse en el horizonte
jugar con los límite de la visión
todo eso me hace tan bien
y sin embargo lo hago tan poco
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