Los edificios y el ruido de motores no permiten el eco de mi voz, pero yo sé que este lugar está vacío. Sombra que da un árbol muerto -apenas eso puedo esperar para mis pensamientos más profundos, que nunca llegan a ser enunciados.
La resistencia que ejerzo y ejercemos muchos, es insoslayable, pero es eso: resistencia, el esbozo de las ilusiones. Ilusiones que son fantasías, fantasmas que no se pueden cumplir en su totalidad, y que tal vez, ni siquiera queremos cumplir porque hemos encontrado en aquel resistir, el motivo de existir.
Y reímos, reímos con fuerza, reímos más de lo que cualquier edificio y cualquier motor podrían tapar. Las vibraciones se sobreponen al cemento y las risas vuelven en eco manchado con -y anchado por- tierra de montaña, pero esta vez, es eco cálido.
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