En el Cáucaso
una antigua doncella cubierta con la luz de la Luna
ni siquiera piensa en lo que no quiere
en su vientre va embarazada de ella misma
sus pechos dibujan la forma del infinito
Mil veces pasaste por acá y nunca me miraste
condúceme al centro del bosque interminable mujer
deja de esconderte en tu reputación
introdúceme también en tu vientre
sal del castillo aislado
deja la hoguera de tus mandatos
En tus pies llevas el recorrido que harás
el sendero no está afuera tuyo
nada más hay cruzando tu piel
y aunque no es exacto lo que te digo
podría no importarte lo demás
vos sabés saciar mi sed de gritar
La lágrima abandona tu ojo harta de contenerse
percibo cómo acaricia tu mejilla
no la seques, ya habrá tiempo para eso
nos alejaremos de lo probable
Abrázate al estallido y no te sueltes
doncella tus brazos pueden más que todo eso
tus dedos no son esos
que tus guantes tapan del frío
Tus ojos velan las imágenes que se me aparecen
y no podrás resignarte a nadie
no sabré estar a la altura de la situación
pero voy a improvisar
Me invitarás a que haga algo que luego me lleve pedirte perdón
yo querré llevarte a que lo hagamos juntos
así ya nadie le deberá perdón al otro
y los dos moraremos en la situación que creamos
seremos responsables del lugar en que estemos
No huiré diciéndote que estaba confundido
en cambio me quedaré diciéndotelo
te abrazaré con todas mis fuerzas
pues yo también suelo abrazar el estallido
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