NO POR IR RÁPIDO SE LLEGA LEJOS

Grito de aliento


¿Cómo podemos saber lo que somos sin buscar lo que queremos?
(No es una pregunta para intentar hacerlo.)

Eso que se supone que “somos” (el ser) no puede ser otra cosa que nuestro devenir.
Ninguna esencia inmutable o lugar sagrado posterior.
Desde luego que hay condiciones y ciertas determinaciones, pero eso no implica ceder a ellas, más bien todo lo contrario.

Si el devenir es lo que será, no queda más que construirlo; y si acaso algo o alguien intentará guiarlo por nosotros, al menos vale la pena saber que eso puede ser nuestra voluntad, que ese alguien podemos ser nosotros mismos.

A riesgo de sonar romanticista (que no tiene por qué ser algo peyorativo en sí mismo), digo que quizás lo mejor siga siendo insistir por los sueños. En definitiva, sabiendo que dimos hasta el último aliento, ¿qué puede salir mal? A nadie tendremos que reclamar después; ni preguntarnos qué hubiese sido si…

Para nada es un llamado al egoísmo o al individualismo, ya que desde el inicio, no habrá solidaridad que valga la pena si no se tiene presente que las cosas están por hacerse, ni tampoco, desde luego, si no es movilizada por la convicción y un sentimiento profundo.

Tal vez, cualquiera sea el resultado, esa sensación de ningún resto al final, ese hermoso cansancio que nos dice que usamos todas las fuerzas, sea el signo de la emancipación, del valor de la libertad.

Supongo que la respuesta debe estar en el intento.

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