¿Cómo podés querer estar todo el tiempo en la arena, ver las olas desde la playa?
Está bien posar, por momentos, tus pies sobre el suave terreno del suelo blando, pero no entiendo que no admitas que hay otros en los que te queman las plantas desnudas y necesitás zambullirte al correntoso mar.
No deberías poder ver las olas pretendiendo no mojarte. La marea sube y te inunda, desborda más allá de cualquier recipiente que veas desde tu cómodo escaparate. No luches contra eso, no quieras hacer creer que así es.
¿O para qué atendías a la marea sino para echarte a nadar, para ver el rumbo de la corriente y tirarte en ella, impulsarla o desviarla?
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