NO POR IR RÁPIDO SE LLEGA LEJOS

Yo elijo que me cremen (poesía de Romanticismo contemporáneo)


Un crédito de comodidad.

Ahorrando toda una vida para pagarse un ataúd confortable.

Se paga en cuotas de ocho horas diarias.

No es negocio.

Todo para que algunos beban buen vino.

Y cada tanto nos dejen probarlo;

esa ilusión para que no nos quejemos tanto.

-Quien vea esta perspectiva es inadaptado-

Yo elijo que me cremen.

Las cosas se cargan de valores innecesarios. Hay inyecciones de baba. Las ciudades buscan convertir al humano en sujeto de consumo con un bombardeo de publicidad. Todo se vuelve mercancía. Todo es exprimible.

Shopping de personalidad(es) –falsa identidad.

El hombre en tanto tal, no es eso.

El hombre es creatividad.

El hombre es imaginación, es inventiva.

El hombre nació libre.

Cazó y recolectó.

El hombre vivió más tiempo unido a la naturaleza que distanciado de ella agrediéndola.

Es anti-natura la monotonía y la rutina esclavizante.

Existe la fuga, el escape y la conciencia de libertad, pero es visto como lo extraño, como el “bicho raro”. (Negociación de una hegemonía, hegemonía de una tradición)

Es llamativo que para encontrarnos tengamos que irnos lejos. ¿De qué huimos? ¿Adónde?

Lo que viviendo con la tierra y la naturaleza nos parecería extraño, ahora se considera “normal”. La tierra y la naturaleza son la excepción.

El hombre tiene la capacidad de crear, y es una capacidad que no nació con el mercado. La estructura asfixiante va contra sí, instala la angustia.

Cada batalla debería librarse en el lugar que le corresponde.

Y terminar donde cada ideal desea morir.

Yo elijo que me cremen.

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